martes, 5 de julio de 2011

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Zumo fresco, dependiendo de la parte de la planta de la que se desee obtener el zumo se muele hasta formar una papilla, la que se filtra a través de un cedazo.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Ungüento; éstos son preparados que al igual que los linimentos están compuestos elementos grasos junto a elementos medicinales, pero en este caso su consistencia es sólida.
Su principal característica es que son de uso externo.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Triaca; es tal vez el compuesto más famoso de la antigüedad, se utilizaba tanto en la enfermedad como para prolongar la vida y se dice que todos lo médicos famosos conocían su preparación. Más que una técnica o un remedio específico, se le dio esta denominación a varios que poseían grandes virtudes curativas.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Tintura; se deja reposar durante unos días hierbas en polvo en alcohol o vino, que posteriormente se filtra.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Polvo; en esta preparación las hierbas se muelen, trituran y finalmente se pulverizan. Tiene por finalidad facilitar la ingestión.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Maceración; esta técnica consiste en dejar las plantas reposando durante un espacio de tiempo largo en un solvente como agua, vino o alcohol.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Linimento; éstos son preparados en base componentes grasos junto a elementos medicinales de consistencia líquida o semi-líquida.
Su principal característica es que son de uso externo.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Jarabe, estos son soluciones densas en base a agua o alcohol con una proporción del 55% al 65% de azúcar, de frutas o hierbas maceradas o preparadas en infusión.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Infusión; es una de las formas más utilizadas y se obtiene al vaciar agua caliente sobre la hierba a utilizar, dejando cubierto el recipiente durante diez minutos. Si se usan partes duras es conveniente dejar la infusión por 15 minutos a baño maría.
Se usa en aquellos casos en que el producto es muy volátil

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Fumigación; ésta, más que una técnica es una forma de aplicación y consiste en introducir en las vías respiratorias vapores de plantas medicinales o de gotas esenciales.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Emulsión; se le da este nombre a los preparados de aspecto cremoso que usan como base aceites, grasas, resinas, cera, o cualquier otra sustancia no soluble en agua. Por lo general se usa goma arábiga al 5% como aglutinante

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Elíxir; se le llama a los preparados de sustancias disueltas en alcohol o vino.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Diálisis; en esta técnica se hace primero una disolución convirtiendo en papilla las plantas recién recolectadas y usando como medio el agua, o el alcohol en diferentes concentraciones, o una combinación de ambos.  Posteriormente , se utiliza una membrana como papel de pergamino para filtrar la solución.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Decocción; este tipo de preparación consiste en hervir por unos minutos las partes de la planta que se utilizarán (raíces, flores, hojas, etc), de esta manera, al concentrarlos se obtiene el máximo de principios activos.
Las partes duras como tallos, corteza o raíces, es conveniente trozarlos o desmenuzarlos y dejarlos macerando previamente en agua fría.
Esta técnica es apropiada en productos que no sean volátiles (que no pierdan su eficacia con el calor), o con partes duras.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales.

Cataplasma; es uno de los métodos comunes de utilización, en su forma más sencilla consiste en machacar las plantas hasta obtener un emplasto. Otras más elaboradas usan una base de harinas vegetales, o en decocción, infusión o solución salina.
Se pueden aplicar frías o calientes.

Técnicas de Preparación y uso de Hierbas Medicinales

En esta sección presentamos un cuadro resumen con las pricipales técnicas de preparación y aplicación de las plantas y hierbas medicinales, su objeto es familiarizar al navegante con los pricipales métodos usados, y no pretende ser un detallado relato de cada uno de ellos.
En el futuro iremos mostrando la elaboración específica y detallada de preparados  haciendo énfasis en su aplicación.
Cataplasma Elíxir Fumigación Maceración Triaca
Decocción Emulsión Jarabe Polvo Ungüento
Diálisis Infusión Linimento Tintura Zumo fresco

PASTA DENTAL DE HIRBAS MEDICINALES CHINAS

Eficaz para reforzar la dureza de la superficie dental y su resistencia contra los ácidos, es un preventivo completo para los dientes, desde la superficie hasta su raíz. Tiene una consistencia suave y cremosa, contiene abrasivo de silicio blando de alta calidad que protege y limpia el esmalte dental y previene contra la formación de caries.
Hierba Sarcandra Glabra: con poderosa acción antiviral y antibacteriana de amplio espectro, previene las inflamaciones y calma los dolores, el sangrado de las encías, la halitosis y la hipersensibilidad dental.
Flor Lonicera Caprifolium: Contiene luteolina e inositol, así como saponina y sustancias tánicas y posee manifiestas propiedades antibacterianas y astringentes.
Flor Chrysanthemum Parthenium: Contiene yejuhua lactona, crisantemina y sustancias amargas, así como vitaminas A y B1 y [de acuerdo con la Medicina China] cumple la función de disipar el calor y las toxinas internas [antipirético y desintoxicante].

lunes, 4 de julio de 2011

Perejil propiedades medicinales

PEREJIL.
Contiene dos fitoquímicos, la apiína y la oxiapiína de reconocidos efectos diuréticos.

Alimentos para la belleza

Alimentos para la belleza

HIERBAS PARA LA BELLEZA.
La infusión de ácoro sirve para aclarar las pecas y curar el acné, 12 grs. de rizoma seco (tallo horizontal y subterráneo), en 200 grs de suero de manteca en lugar de agua. Filtrar y lavar repetidamente la parte afectada.
También se puede preparar un baño estimulante con 100 grs de rizoma sin pelar, cocinándolo en un litro de agua, durante diez minutos. Colar .El líquido obtenido es suficiente para un baño completo. Estos baños además de tener un efecto estimulante, influyen también favorablemente sobre diversas enfermedades metabólicas, incluyéndose la diabetes y el reumatismo.
El abeto sirve para masajes faciales, echar un puñado de yemas o brotes en un litro de agua. Filtrar la decocción y friccionar un buen rato.
La decocción de abrótano hembra, para aclarar y fortalecer el pelo. Dos puñados de los extremos más altos de las ramas con sus flores por litro de agua filtrar y emplear el líquido como un champú.
La acelga sirve para preparar una buena máscara de belleza. Se tritura finamente la parte verde de la hoja de la acelga cruda, se le añade un poco de aceite de almendra dulce y se aplica el emplasto así obtenido sobre el rostro dejándolo actuar durante unos veinte minutos. Combate el enrojecimiento y la inflamación de la piel
Las cataplasmas de acelga hervida son muy eficaces para los forúnculos.
Para desinflamar los ojos se hace una infusión de aciano, utilizando 30 grs. de la planta entera, sin la raíz, en 300 grs. de agua hirviendo, dejar reposar 15 minutos, se aplica como solución astringente y emoliente, especificamente para los cutis grasos, el acné y las inflamaciones, y también como champú del cabello a fin de otorgarle brillo y sedosidad.
Es particularmente útil esta última aplicación para los que tienen el pelo canoso ya que la infusión de lirios dará reflejos azulíneos, lo que impide que el cabello quede amarillo.

Remedios para las arrugas

ARRUGAS.
Para las arrugas se prepara una mezcla de 15 o 20 pétalos de amapola en medio litro de agua. Dejar hervir. Se filtra. Se aplica por la mañana y por la noche sobre el rostro.
Mezclar en tres partes iguales cera de abeja, goma arábiga y glicerina con 10% de agua de rosas. Calentar a baño María. La crema resultante debe mantenerse sobre la piel durante 20 minutos. Después aclarar con agua tibia.
Sobre una clara de huevo batida a punto de nieve espolvorear harina de garbanzos . Extender esta pasta sobre la cara y dejarla secar. Después lavarse bien.
Mezclar a partes iguales un poco de lanolina, manteca de cerdo y agua de cal. Calentar al baño María removiendo hasta conseguir una crema fluida. Se deja enfriar y con ella hay que darse masajes en las zonas arrugadas de la cara por la mañana y por la noche.
Sobre la cara bien lavada extender una capa de miel. Sobre los ojos uno algodones empapados en manzanilla o agua de rosas. Permanecer tumbado durante 20 minutos. Aclarar con agua libia. Por último pasar por la piel un algodón húmedo conjugo de limón.

Como curar granos en la cara

CONTRA LOS GRANOS ESPINILLAS O MANCHAS.
Para eliminar todo tipo de granos, da un excelente resultado una cura de zanahorias crudas. Se toman por la mañana en ayunas . en forma de jugo.
Para atacar las espinillas, se ponen a cocer un puñado de hojas y flores de altea durante media hora en muy poca agua. Después se le agrega miel hasta conseguir una crema espesa que se extiende por la zona afectada. Mantenerla por diez minutos y después aclararla con agua libia, aplicar un poco de talco.
Para borrar las manchas en la piel, póngase a hervir 60 grs. de perejil en un litro de agua. Añadir el jugo de un limón. Filtrar bien el líquido. Aplicarlo sobre las manchas. Durante el tiempo que dure este tratamiento hay que abstenerse de tomar sol.

Hierbas medicinales - que curan+Perspectivas

Actualmente está resurgiendo el interés por la medicina her­baria. Millones de personas toman remedios vegetales y en Europa, Escandinavia) Rusia, China, la India, Australasia y algunas partes de África, se está dando un significativo cambio de mentalidad con respecto a los tratamientos naturales. El examen de varios miles de especies he¡;barias en busca de actividades antitumorales y antivirales, realizado por el profesor Farnsworth, y la búsqueda de alcaloides en las plantas, efectuada por el equipo del doctor Smolenski, ambas investigaciones llevadas a cabo en Estados Unidos, han permitido descubrir valiosos remedios provenientes de plantas hasta entonces desconocidas.

Se estima que existen 250.000 especies de plantas florescentes, y sólo un ínfimo número de ellas ha sido examinado con fines terapéuticos. En este campo de la medicina herbaria se han hecho más progresos en la última década que en todas las anteriores. Podríamos decir que muy posiblemente el cáncer ya habría sido dominado si el esfuerzo puesto en las investigaciones químico terapéuticas se hubiese dedicado a los remedios antitumorales de origen vegetal. A lo largo de la historia ha habido un constante cambio de modas en el tratamiento médico, pero la medicina herbaria tiene un futuro tan seguro como su venerable pasado.

Hierbas medicinales - que curan+El médico herborista

Una simple lectura de las enfermedades mencionadas eviden­cia que éstas son demasiado serias para ser autodiagnosticadas y automedicadas correctamente. De no producirse una mejoría notable de los síntomas después de tomar una infusión para, digamos, «el dolor de cabeza», es aconsejable visitar al médico herborista, quien se encuentra calificado, después de largos años de estudio, para efectuar un diagnóstico correcto y para recetar una medicación adecuada.

Hierbas medicinales - que curan- Campo de acción

Tan amplia es la gama de constituyentes de las plantas y tan enorme el número de especies botánicas, que no resulta sorprendente encontrar tratamientos herbarios para prácticamente todas las enfermedades conocidas. Muchos de estos tratamientos se basan en la observación clínica o en estudios farmacológicos de los diferentes constituyentes de las hierbas y, en ocasiones, del conjunto de la preparación vegetal, y sirven para tratar enfermedades del sistema digestivo, del hígado y del páncreas, del sistema pulmonar, del corazón y del sistema circulatorio, y de los sistemas nervioso, endocrino, reproductor y urinario; inmunidad, discrasias sanguíneas, enfermedades neoplásticas y dolencias de la piel. No podría haber sistema terapéutico más completo.

Hierbas medicinales Podemos definir la medicina herbaria como el arte y la ciencia de restaurar la salud mediante remedios vegetales. Estos remedios, denominados generalmente «hierbas», pueden provenir de árboles, arbustos, algas o líquenes. En este contexto, el término «hierba» tiene una connotación diferente a la que recibe en botánica y jardinería. Una característica importante de la medicina herbaria es que los remedios que utiliza comprenden todo el complejo biogenético de la planta y no solamente productos químicos aislados o sintéticos producidos con extractos de la planta o elaborados en el laboratorio. La finalidad de la medicina herbaria consiste en estimular los procesos recuperativos del cuerpo, en ocasiones denominados homeostasis, al tiempo que restablecen un equilibrio fisiológico saludable mediante el empleo de remedios elaborados en el contexto de una célula viva y suministrados como un conjunto biodinámico. La observación clínica ha demostrado que los remedios producidos con plantas enteras, que engloban los principios activos así como el complejo de proteínas, enzimas, elementos naturales (como hierro, flúor, cobre) y otros metabolitos primarios, son fácilmente asimilables por el organismo y se encuentran libres de los efectos tóxicos secundarios de la quimioterapia. Los orígenes de la medicina herbaria se pierden en la antigüedad. Todos los animales dependen de las plantas para obtener el alimento y el oxígeno que necesitan. Nada más natural que en la antigüedad se descubriese el empleo de las plantas como medio para corregir una salud enferma. La cabra de las fábulas de Virgilio conocía las propiedades del díctamo (Origanum dictamnum) que empleaba como medicamento antiséptico y vulnerario cuando era herida por una flecha (La Eneida, XII, 412). Más recientemen­te, a la perra de un colega se le desarrolló un cáncer de mama, y pudimos apreciar que sentía un deseo insaciable por las hojas de violeta. Ese instinto, común entre los animales, como puede testimoniar cualquier campesino, casi se ha extinguido en el habitante de las ciudades de nuestra civilización tecnológica. Aunque se cree que la medicina herbaria tradicional apareció en la India, China y Egipto varios milenios antes de Cristo, las evidencias escritas más antiguas fueron descubiertas en Egipto (Papiro de Ebers, 1500 a.c.) y en Asiria (650 a.c.). Los resultados terapéuticos de estas hierbas mencionados en los anteriores documentos y en la tradición griega, han sido identificados como remedios por la terapéutica actual. La acción medicinal de las plantas fue em­pleada por Dioscórides y por Galeno como base para elaborar una clasificación. Esta práctica de clasificación fue seguida por los herboristas ingleses, como John Parkinson cuyo Theatrum Botanicum (1640) contiene la descripción de 3.800 plantas clasificadas de acuerdo a sus propiedades medicinales. Algunos manuales her­barios como los elaborados por Otto Gessner (1974) y por Schau­enberg y Paris (1977) siguen este método, consistente en agrupar los remedios según sus componentes y acciones principales. ¿Qué es una hierba medicinal? En medicina herbaria se pueden utilizar los diferentes órganos de una planta, como la raíz, el rizoma, el tallo, las hojas, las flores, los frutos o la semilla; o tejidos como el corcho y la madera; o gomas y resinas obtenidas por exudación de incisiones practicadas en ]a planta, aunque numerosas pequeñas plantas anuales se utilizan íntegramente. En medicina se pueden utilizar las hierbas frescas, a menudo en forma de infusión, o bien pueden ser secadas, cortadas y pulverizadas. Los remedios a base de madera se hierven en un poco de agua durante veinte minutos a fin de producir una decocción. Las preparaciones a base de hierbas incluyen tinturas (a menudo una parte de hierba por cinco de alcohol) o extractos líquidos. También se producen tabletas, píldoras, lociones, supositorios e inhalatorios a base de remedios herbarios. En cada continente existe un buen número de hierbas útiles a la medicina y se pueden recolectar siempre y cuando se tenga cuidado en evitar la cercanía de las carreteras y otras fuentes de contaminación química, así como los productos herbicidas e insecticidas. El mejor tiempo para efectuar la cosecha de las partes subaéreas de la planta es el período de floración; las raíces y el cuerpo es mejor cosecharlos en otoño. La recolección debe efectuarse en tiempo seco, antes de mediodía, y hay que secar las hierbas rápidamente con aire caliente. Para almacenarlas se deben usar recipientes herméticos y protegidos contra la luz para evitar el deterioro de las hierbas. La mayoría de éstas se conservan perfectamente durante un año, si se secan totalmente y se almacenan con cuidado. Acción de los remedios herbarios: principios activos vegetales

Hierbas medicinales



Podemos definir la medicina herbaria como el arte y la ciencia de restaurar la salud mediante remedios vegetales. Estos remedios, denominados generalmente «hierbas», pueden provenir de árboles, arbustos, algas o líquenes. En este contexto, el término «hierba» tiene una connotación diferente a la que recibe en botánica y jardinería. Una característica importante de la medicina herbaria es que los remedios que utiliza comprenden todo el complejo biogenético de la planta y no solamente productos químicos aislados o sintéticos producidos con extractos de la planta o elaborados en el laboratorio.

La finalidad de la medicina herbaria consiste en estimular los procesos recuperativos del cuerpo, en ocasiones denominados homeostasis, al tiempo que restablecen un equilibrio fisiológico saludable mediante el empleo de remedios elaborados en el contexto de una célula viva y suministrados como un conjunto biodinámico. La observación clínica ha demostrado que los remedios producidos con plantas enteras, que engloban los principios activos así como el complejo de proteínas, enzimas, elementos naturales (como hierro, flúor, cobre) y otros metabolitos primarios, son fácilmente asimilables por el organismo y se encuentran libres de los efectos tóxicos secundarios de la quimioterapia.

Los orígenes de la medicina herbaria se pierden en la antigüedad. Todos los animales dependen de las plantas para obtener el alimento y el oxígeno que necesitan. Nada más natural que en la antigüedad se descubriese el empleo de las plantas como medio para corregir una salud enferma. La cabra de las fábulas de Virgilio conocía las propiedades del díctamo (Origanum dictamnum) que empleaba como medicamento antiséptico y vulnerario cuando era herida por una flecha (La Eneida, XII, 412). Más recientemen­te, a la perra de un colega se le desarrolló un cáncer de mama, y pudimos apreciar que sentía un deseo insaciable por las hojas de violeta.

Ese instinto, común entre los animales, como puede testimoniar cualquier campesino, casi se ha extinguido en el habitante de las ciudades de nuestra civilización tecnológica. Aunque se cree que la medicina herbaria tradicional apareció en la India, China y Egipto varios milenios antes de Cristo, las evidencias escritas más antiguas fueron descubiertas en Egipto (Papiro de Ebers, 1500 a.c.) y en Asiria (650 a.c.).

Los resultados terapéuticos de estas hierbas mencionados en los anteriores documentos y en la tradición griega, han sido identificados como remedios por la terapéutica actual.

La acción medicinal de las plantas fue em­pleada por Dioscórides y por Galeno como base para elaborar una clasificación. Esta práctica de clasificación fue seguida por los herboristas ingleses, como John Parkinson cuyo Theatrum Botanicum (1640) contiene la descripción de 3.800 plantas clasificadas de acuerdo a sus propiedades medicinales. Algunos manuales her­barios como los elaborados por Otto Gessner (1974) y por Schau­enberg y Paris (1977) siguen este método, consistente en agrupar los remedios según sus componentes y acciones principales.


¿Qué es una hierba medicinal?



En medicina herbaria se pueden utilizar los diferentes órganos de una planta, como la raíz, el rizoma, el tallo, las hojas, las flores, los frutos o la semilla; o tejidos como el corcho y la madera; o gomas y resinas obtenidas por exudación de incisiones practicadas en ]a planta, aunque numerosas pequeñas plantas anuales se utilizan íntegramente. En medicina se pueden utilizar las hierbas frescas, a menudo en forma de infusión, o bien pueden ser secadas, cortadas y pulverizadas. Los remedios a base de madera se hierven en un poco de agua durante veinte minutos a fin de producir una decocción.

Las preparaciones a base de hierbas incluyen tinturas (a menudo una parte de hierba por cinco de alcohol) o extractos líquidos. También se producen tabletas, píldoras, lociones, supositorios e inhalatorios a base de remedios herbarios. En cada continente existe un buen número de hierbas útiles a la medicina y se pueden recolectar siempre y cuando se tenga cuidado en evitar la cercanía de las carreteras y otras fuentes de contaminación química, así como los productos herbicidas e insecticidas. El mejor tiempo para efectuar la cosecha de las partes subaéreas de la planta es el período de floración; las raíces y el cuerpo es mejor cosecharlos en otoño. La recolección debe efectuarse en tiempo seco, antes de mediodía, y hay que secar las hierbas rápidamente con aire caliente. Para almacenarlas se deben usar recipientes herméticos y protegidos contra la luz para evitar el deterioro de las hierbas. La mayoría de éstas se conservan perfectamente durante un año, si se secan totalmente y se almacenan con cuidado.

Acción de los remedios herbarios: principios activos vegetales


Resulta de gran importancia asegurarse de la correcta identi­ficación de una hierba medicinal. Si se trata de una hierba fresca, completa con su flor, se puede confirmar su identidad utilizando una flora botánica; los remedios secos y pulverizados presentan ciertos problemas, de los que se ocupa la ciencia de la farmacognosia. Esta lleva a cabo un diagnóstico exacto de la hierba a diferentes niveles de pulverización. Con la información microscópica obtenida se intenta la identificación y se establecen normas para el máximo de plantas extrañas.

Muchos remedios herbarios son clasificados según su contenido en aceites volátiles, carac­terística de las plantas labiadas, incluyendo la menta. A menudo, las monografías sobre cada remedio incluyen normas cromatográficas y de otro tipo para asegurar que la hierba ha sido correctamente identificada, y que, tras su recolección y almacenamiento, aún contiene los ingredientes necesarios para su buen empleo. Aparte de los aceites volátiles ya mencionados, la acción medicinal de las hierbas depende de la presencia de compuestos de nitrógeno (alcaloides), de una amplia gama de sustancias mez­cladas con diversos azúcares (glucósidos), de los taninos astrin­gentes, de las resinas, de los aceites, de las grasas, de los carbo­hidrato s y mucílagos, y de los productos químicos residuales necesarios para la salud que nos suministran las plantas (por ejemplo, el zinc de la fárfara, Tussilago farfara).

Gracias a la farmacología, ciencia que estudia la forma en que las sustancias actúan sobre el cuerpo, actualmente conocemos las vías que siguen los ingredientes herbarios desde el sistema digestivo hasta el torrente sanguíneo y cómo se producen las acciones curativas. Este conocimiento nos permite prescribir el tratamiento adecuado a cada persona, y al mismo tiempo fortalecer su salud general con la acción combinada de los otros constituyentes de la hierba natural.

Qué es una hierba medicinal?

En medicina herbaria se pueden utilizar los diferentes órganos de una planta, como la raíz, el rizoma, el tallo, las hojas, las flores, los frutos o la semilla; o tejidos como el corcho y la madera; o gomas y resinas obtenidas por exudación de incisiones practicadas en ]a planta, aunque numerosas pequeñas plantas anuales se utilizan íntegramente. En medicina se pueden utilizar las hierbas frescas, a menudo en forma de infusión, o bien pueden ser secadas, cortadas y pulverizadas. Los remedios a base de madera se hierven en un poco de agua durante veinte minutos a fin de producir una decocción.

Las preparaciones a base de hierbas incluyen tinturas (a menudo una parte de hierba por cinco de alcohol) o extractos líquidos. También se producen tabletas, píldoras, lociones, supositorios e inhalatorios a base de remedios herbarios. En cada continente existe un buen número de hierbas útiles a la medicina y se pueden recolectar siempre y cuando se tenga cuidado en evitar la cercanía de las carreteras y otras fuentes de contaminación química, así como los productos herbicidas e insecticidas. El mejor tiempo para efectuar la cosecha de las partes subaéreas de la planta es el período de floración; las raíces y el cuerpo es mejor cosecharlos en otoño. La recolección debe efectuarse en tiempo seco, antes de mediodía, y hay que secar las hierbas rápidamente con aire caliente. Para almacenarlas se deben usar recipientes herméticos y protegidos contra la luz para evitar el deterioro de las hierbas. La mayoría de éstas se conservan perfectamente durante un año, si se secan totalmente y se almacenan con cuidado.

Hierbas medicinales

Podemos definir la medicina herbaria como el arte y la ciencia de restaurar la salud mediante remedios vegetales. Estos remedios, denominados generalmente «hierbas», pueden provenir de árboles, arbustos, algas o líquenes. En este contexto, el término «hierba» tiene una connotación diferente a la que recibe en botánica y jardinería. Una característica importante de la medicina herbaria es que los remedios que utiliza comprenden todo el complejo biogenético de la planta y no solamente productos químicos aislados o sintéticos producidos con extractos de la planta o elaborados en el laboratorio.

La finalidad de la medicina herbaria consiste en estimular los procesos recuperativos del cuerpo, en ocasiones denominados homeostasis, al tiempo que restablecen un equilibrio fisiológico saludable mediante el empleo de remedios elaborados en el contexto de una célula viva y suministrados como un conjunto biodinámico. La observación clínica ha demostrado que los remedios producidos con plantas enteras, que engloban los principios activos así como el complejo de proteínas, enzimas, elementos naturales (como hierro, flúor, cobre)

otros metabolitos primarios, son fácilmente asimilables por el organismo y se encuentran libres de los efectos tóxicos secundarios de la quimioterapia.

Los orígenes de la medicina herbaria se pierden en la antigüedad. Todos los animales dependen de las plantas para obtener el alimento y el oxígeno que necesitan. Nada más natural que en la antigüedad se descubriese el empleo de las plantas como medio para corregir una salud enferma. La cabra de las fábulas de Virgilio conocía las propiedades del díctamo (Origanum dictamnum) que empleaba como medicamento antiséptico y vulnerario cuando era herida por una flecha (La Eneida, XII, 412). Más recientemen­te, a la perra de un colega se le desarrolló un cáncer de mama, y pudimos apreciar que sentía un deseo insaciable por las hojas de violeta.

Ese instinto, común entre los animales, como puede testimoniar cualquier campesino, casi se ha extinguido en el habitante de las ciudades de nuestra civilización tecnológica. Aunque se cree que la medicina herbaria tradicional apareció en la India, China y Egipto varios milenios antes de Cristo, las evidencias escritas más antiguas fueron descubiertas en Egipto (Papiro de Ebers, 1500 a.c.) y en Asiria (650 a.c.).

Los resultados terapéuticos de estas hierbas mencionados en los anteriores documentos y en la tradición griega, han sido identificados como remedios por la terapéutica actual.

La acción medicinal de las plantas fue em­pleada por Dioscórides y por Galeno como base para elaborar una clasificación. Esta práctica de clasificación fue seguida por los herboristas ingleses, como John Parkinson cuyo Theatrum Botanicum (1640) contiene la descripción de
3.800 plantas clasificadas de acuerdo a sus propiedades medicinales. Algunos manuales her­barios como los elaborados por Otto Gessner (1974) y por Schau­enberg y Paris (1977) siguen este método, consistente en agrupar los remedios según sus componentes y acciones principales.